jueves, 9 de abril de 2015

Quo Vadis, Ferrari?...¿De donde vienen y hacia donde van en Maranello? (Versión extendida del autor)



Por Miguel Ángel García Sesma (@MMiguelAGS)

Ferrari, uno escucha este nombre y automáticamente a uno se le viene a la cabeza coches rojos, deportividad, il Commendatore, Cavallino Rampante, Maranello, pero sobre todo una cosa: Fórmula 1. De hecho no se entiende una cosa sin la otra, es la Scuderia, el único equipo que ha competido en todos los campeonatos celebrados, hasta el punto que CVC valoraba la presencia de la mítica escudería como fundamental en el valor de la F1 en los documentos de la fallida salida a bolsa. 


Pero este año atrás hemos vivido un verdadero terremoto que han hecho temblar los cimientos de la Scuderia, una sucesión de dimisiones, despidos, intrigas y abandonos que si estuviésemos en la Italia del Renacimiento parecerían protagonizados por la mismísima familia de origen gandiense Borgia (o Borja como dicen allí) 

La dominadora absoluta otros tiempos, pasaba por una sequía de títulos y victorias solo maquilladas por las actuaciones de su piloto estrella estos años: Fernando Alonso. El ovetense ha estado a punto de vencer el campeonato en al menos un par de ocasiones quedándose con la miel en los labios, tapando las vergüenzas del equipo transalpino, incapaz de crear un coche competitivo y sobre todo dando la sensación de no ser capaces de innovar y de ir por delante del resto de equipos.

¿Pero como se ha llegado a esta situación? ¿Como se ha paso de gran dominadora a invitado la actual F1?

La llegada de Schumacher, proveniente de Benetton, y con el título de Campeón del mundo bajo el brazo, coincide con una época de sequía similar a la actual. Pero no vino solo,insólitamente consienten que se traiga a su gente de confianza en los puestos más relevantes. Ross Brawn, Rory Byrne y Jean Todt. Además técnicos de segundo nivel, protegidos todos por una serie de cláusulas en el contrato del piloto teutón por lo que ninguno puede ser sustituido ni despedido sin su consentimiento. Esto en cualquier organización es una gran ventaja, ya que el personal solo tenía que preocuparse de su trabajo. Los resultados tardaron en llegar pero luego nadie les hizo sombra. Dominio extensivo fuera de la pista, en los órganos de decisión de la competición. Si además sumamos un presupuesto ilimitado y la facilidad que tenía para realizar todas las pruebas que se quisieran con Badoer sacando brillo a los peraltes de Fiorano, tenemos una ventaja aplastante, y la causa de su caída 

Pero como buenos italianos que son, esto no podía durar. La retirada de Schumacher hace que todo esta estructura caiga. Poseídos por un sentimiento chovinista como si tuviesen grabadas las leyes italianizadoras de los años 40, en el equipo debe haber una mayor presencia en los puestos directivos de personal de esa nacionalidad, sin importar si son los más adecuados o no, o si hay gente mejor preparada. Que esto lo hiciese HRT, tiene sentido, pero no una estructura que no sólo necesita hacer un buen coche, necesita el mejor y para eso se requiere tener a los mejores, no sólo tiene que correr, sino que se le exige ganar, y ganar siempre o al menos, estar en disposición de ello. Obviamente este equipo funcionó porque no parecía italiano, la mano dura de Todt conocido como el Pequeño Napoleón y el orden británico de Ross Brawn hizo que las formas de trabajo fuesen más de un equipo inglés.

En estos años posteriores se mantienen en un nivel aceptable, incluso ganando de nuevo el campeonato del mundo a manos de Raikkonnen, aunque el gran mérito de esta victoria debería ser de Ron Dennis, empeñado en que ganase Hamilton en detrimento de su compañero de escudería, Fernando Alonso, en uno de los ejemplos más lamentables de gestión de dirección que se recuerdan en los últimos años. La herencia recibida les sirve para mantener el tirón, pero la F1 no para y una serie de cambios normativos a los que no sabe adaptarse como lo hacen el resto de equipos, terminarán de marcar el camino descendente. 


La aerodinámica es para los perdedores 

Estas palabras de Il Commendatore son una auténtica losa sobre el equipo. Mientras el resto han adaptado su sistema de diseño a la nueva situación, siguen confiando en las cada vez más restringidas pruebas. El primer aviso lo da Brawn y su doble difusor que le hace arrasar esa temporada, y mide la importancia que la innovación y la aerodinámica comienzan a tomar. De hecho, ninguno de los desarrollos que estos años han marcado tendencia en los diseños provienen de la marca transalpina, más bien ha estado totalmente a remolque. Los escapes soplados les pilla totalmente fuera de juego y los escapes coanda más de lo mismo.

Stefano Domenicali, hombre de carácter afable, es el sustituto de Jean Todt al frente del equipo, una personalidad absolutamente opuesta a la del francés, sin un carácter fuerte que imponga un criterio a todos los departamentos del equipo. Los coches que presenta año a año son correctos, pero no máquinas ganadoras. Milagrosamente se mantienen en lo más alto, eso sí, gracias a Alonso 

Los dos campeonatos perdidos, uno por un error táctico de bulto y otro por 3 puntos podrían dar la sensación de que se está ahí, pero mientras Alonso está arriba, Massa tiene verdaderos problemas para mantenerse. Desde fuera se empieza a diferenciar entre el piloto y la Scuderia, con la opinión pública claramente a favor del ovetense, lo que incomoda a la dirección

El desastre se va haciendo cada vez más claro, por un lado falta de poder político en los centros claves de decisión de la FIA no imponiendo su criterio en casos como el de los escapes soplados, las pruebas ilegales de Mercedes y sobre todo en el cambio de los Pirelli a mitad de temporada, siendo el más perjudicado por ello ya que su coche era el que mejor trataba las gomas, gracias sobre todo al gran trabajo de Hirohide Hamashima proveniente de Bridgestone. Domenicali no tiene la fuerza ni el carácter necesario. 

En el nivel técnico, la falta de actualización de los medios, un túnel de viento desfasado que provoca una serie de situaciones que lleva a una nueva evolución en el desarrollo de la técnica, y llamado popularmente "empeoras", ya que cada pieza es peor que la anterior, fundamentalmente por la falta de correlación entre los datos de túnel, simulador y los datos de la pista. 

Solución: echar a Aldo Costa por no innovar y jugárselo todo al cambio de motores de la temporada 2014, en el que la aerodinámica debería tener menos peso. Curiosamente, este técnico es fichado por Mercedes, creando uno de los coches más demoledores de la historia, el W05 y además el único que advirtió a la dirección de actualizar el túnel de viento. 

Ferrari, por encima de todo (aunque se vaya al garete) 

En el 2013 entra en funcionamiento el remodelado túnel de viento, los problemas de correlación no se dan, pero sin resultados. Se empieza a fichar a todo ingeniero que haya tenido algún puesto importante en algún equipo que esté libre, se recupera a Byrne como asesor...  Cambios, pero sin orden y concierto, como pollo descabezado corriendo de lado a lado sin una dirección concreta. 

Y llega el 2014, la era del V6 Turbo en que el motor debiera ser el punto fuerte del coche, osea, en lo que siempre han destacado, lo que pedían.... Lo sucedido, ridículo espantoso. Desde el primer momento está clara la falta de potencia, pero lo peor es el fallo de concepto de difícil solución debido a la congelación de motores,  junto con un coche que adolece de downforce y difícil de conducir. De nuevo Alonso hace lo que puede con este F-14 T, con momentos épicos como el GP de Hungría que a muchos hizo soñar por momentos en una victoria. Y mérito exclusivamente suyo, ya que la aplastante superioridad con respecto a su compañero, Raikkonnen, fue patente desde la primera carrera, al cual se fichó seguramente por asegurarse un piloto de garantías que sumase más que un Massa totalmente desmoralizado, aquejado de una alonsitis profunda y para poner a alguien capaz de hacer sombra a Alonso.

En la tercera carrera ya es clara la ventaja de Mercedes, la temporada está amortizada y  comienzan a rodar cabezas en un baño de sangre sin precedentes en la F1 moderna más digna de "El Padrino" que de una gestión eficiente. Al Sr. Montezemolo se le agota la paciencia, y el primero en caer es el propio Domenicali. El sustituto es un personaje proveniente de la propia Ferrari, pero lejos de la competición: Marco Mattiacci, un personaje que levanta opiniones dispares sobre todo porque no tiene el perfil típico de director de equipo, gestor avalado por los buenos resultados de Ferrari USA, de pocas palabras y poco dado a los focos. En estos casos lo más correcto sería alguien con decisión y rapidez en la toma de decisiones, un Sr. Lobo como el que interpretaba magistralmente Harvey Keitel en Pulp Fiction, y la sensación fue que se trataba del típico "hombre de la casa"  que los equipos de fútbol ponen cuando cae el entrenador. Pero con una misión: preparar el camino a un nuevo grupo gestor, con la posteriormente conocida salida a bolsa de la marca en el objetivo y desmontar la estructura actual: un liquidador. Y cumple su misión eficientemente, Fry, Marmorini a quien todo el mundo culpaba del desastre, Hamashima, y finalmente Tombazis, que parecía salvarse en primer momento, Pedro de la Rosa, fichado para mejorar el trabajo de simulador.... Una sangría. Solo se salva James Allison recién llegado y a quien encomiendan la tarea de levantar de nuevo la nave y único fichaje técnico relevante. 

 ¿Por qué está escabechina? Ferrari se había convertido en un grupo de reinos de taifas en el que cada departamento luchaba por su cuota de poder, imponiendo sus criterios a los generales de la marca, compitiendo entre sí en vez de competir contra los rivales y de esta manera perdieron la gran ventaja que podrían tener y que Mercedes supo encontrar, el construir el coche entero en el mismo sitio y como proyecto integral, la diferencia, que los alemanes llevaban en este proyecto mucho más tiempo y coordinados gracias al buen trabajo de organización de Ross Brawn. 

Y ¿Alonso? La gran incógnita, nunca sabemos si se marchó él, le enseñaron la puerta delicadamente o lo que le ofrecieron no le interesó. O una mezcla de todo.

Lo que llega...

Incierto el futuro, los fichajes en la parte técnica han sido de segundo nivel, aunque eso no tiene por qué ser malo, si no puedes contar con el mejor, tendrás que poner muchos más medios para igualarlo. Eso tiene una ventaja, ninguna pieza de hace imprescindible o su pérdida provocaría un descalabro.

Montezemolo fue sustituido por el inquietante Sergio Marchione, mientras que Maurizio Arriabene se encarga del equipo proveniente de Phillip Morris (aquí sí que tenemos al directivo solucionador al que nos referíamos antes). Después de la demolición controlada anterior, van a tener una nueva situación, en la que teniendo en cuenta que deberán dar resultados no solo a Fiat como matriz, sino a los nuevos accionistas que entren, por lo que la exigencia va a ser mayor. Para ello contarán con una estructura mucho más moderna y equipada, algo que venía pidiendo Alonso casi desde el primer día que pisó Maranello, con cambios en los procesos y en las formas de trabajar que llevará su tiempo fructificar, pero les devolverá a la senda de la competitividad.

El perfil de Marchione dista bastante del de su antecesor, lo cual es entendible si deberá enfocar su trabajo más a la parte empresarial y de cara al accionariado. De imagen discreta, quizás le veamos poco por las pistas, aunque nunca se sabe. 

Uno de los movimientos más sorprendentes de esta nueva etapa fue la sustitución de Pedro de la Rosa por Esteban Gutiérrez, no sólamente por el más que notable déficit de calidad como tester del mejicano con respecto al veterano y reconocido piloto español, sino por un hecho sin precedentes en la historia de Ferrari: aporta patrocinadores. Un gesto que denota la necesidad presente futura de nuevas fuentes de financiación derivadas de su futuro cambio en la propiedad. Pierde un poco la esencia de lo que ha sido siempre la Scuderia, pero los tiempos mandan.

La nueva dirección debe llevar a la Scuderia a la senda de la victoria, y no sólo a la senda, está obligada a ganar, pero esto no va a ser inmediato, tendrán su travesía del desierto, pero al final volverán a estar delante, aunque para ello tenga que pasar algo de tiempo y siempre que los italianos sean capaces de mantener un mínimo de orden en su casa, cosa harto complicada conociendo el carácter transalpino, aunque todos los que amamos la competición deseamos que sean capaces de hacerlo. La F1 no es la misma si Ferrari no está donde debe, se les necesita.



Por Miguel Ángel García Sesma (@MMiguelAGS)

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